El teletrabajo es una forma flexible de organización del trabajo que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante una parte importante de su horario laboral. Engloba una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial.

La actividad profesional en el teletrabajo, implica el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información, y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa.

¿No has soñado nunca con poder trabajar tumbado en una hamaca, bajo una palmera en una playa del Caribe, mientras un/una atractivo/a -según gustos- camarero/a te sirve un cocoloco?

Normalmente la vida no se parece tanto a un anuncio de una agencia de viajes, pero aún así el teletrabajo sigue siendo el sueño de muchas personas que darían una mano por poder trabajar en pijama y pantuflas.

El trabajo a distancia se ha extendido en los últimos años de forma desigual. Comúnmente adoptado en algunos países y rara avis en otros, ofrece ventajas

– Autonomía.

Probablemente es la ventaja más evidente del teletrabajo (más aún que el pijama y las pantuflas). La libertad para organizar el tiempo que se dedica al trabajo aumenta, lo que conlleva disponer de más espacio para disfrutar de otras facetas de la vida -que también las hay- como las aficiones o las amistades.

Para muchas personas, el teletrabajo puede suponer una ocasión única para conciliar la vida profesional con la familiar, algo que puede resultar de enorme valor.

Dicha autonomía puede permitir también utilizar formas mixtas de teletrabajo, como por ejemplo iniciar la jornada laboral en casa y desplazarse al puesto de trabajo en horarios en los que el tráfico esté menos congestionado; o también situar tu centro de trabajo en distintos lugares (un aeropuerto, un parque, o incluso la playa del anuncio).

Además, gracias a la autonomía que permite el teletrabajo, el “presentismo” -ese vicio tan extendido que supone estar en el puesto de trabajo, pero sin trabajar- se reduce a la mínima expresión.

– Ahorro en desplazamientos.

En grandes ciudades -y también en no tan grandes-, trasladarse al centro de trabajo puede consumir varias horas cada día. Al no tener que desplazarse al lugar de trabajo, se ahorra una gran cantidad de tiempo que se puede dedicar a otros menesteres. Además, se economizan gastos derivados del desplazamiento -como ya sabrás, tanto el vehículo privado como el transporte público cuestan dinero-, se reduce el estrés y se contamina mucho menos. Tu bolsillo, tu salud y el planeta te lo agradecerán.

– Mejorará la opinión del trabajador respecto a la empresa.

Dado que el trabajo a distancia origina una serie de importantes ventajas, lo normal es que ello influya en la valoración que el empleado haga tanto de la empresa como de su puesto de trabajo. Un trabajador que sepa que podrá tener disponibilidad para ocuparse de su familia si surge algún imprevisto (el niño se ha puesto malito, por ejemplo), lo tendrá muy en cuenta a la hora de valorar sus condiciones de trabajo.

– Puede aumentar la productividad.

Las ventajas que ofrece el teletrabajo deberían mejorar el estado de ánimo, lo que podría generar un aumento de la productividad si el trabajo a distancia se estructura con sentido. Aunque no es una regla estricta, el teletrabajo encontrará frecuentemente su mejor hábitat en el trabajo por objetivos, por lo que trazarlos bien puede suponer un aumento importante en el rendimiento. Si tu trabajo o el de tu empresa puede organizarse en base a proyectos, puedes echar un vistazo a Integria IMS. Integria IMS es una herramienta desarrollada por Ártica Soluciones Tecnológicas, la creadora de eHorus, que incluye, entre otras funcionalidades, una herramienta de gestión de proyectos.

– Reduce costes en infraestructura.

Tanto el dinero dedicado al espacio de trabajo en la empresa como otros gastos que vienen asociados al trabajo presencial -consumo de electricidad, calefacción, equipos informáticos, etc.- se verán reducidos. El lugar que antes ocupaba Martínez podría ser dedicado a instalar una neverita llena de delicatessen (no te molestes, Martínez, sólo es una idea).

– Permite integrar a personas con discapacidad.

Esta es otra ventaja que merece ser tenida en cuenta. Las personas que tienen en contra dificultades para desplazarse al centro de trabajo podrían ver en el teletrabajo una oportunidad de la que tal vez no hubieran dispuesto hace sólo unos años. En muchas ocasiones, estas personas serán una gran aportación para la empresa.

– Atrae más talento.

Facilitar el trabajo a distancia hará que el puesto de trabajo sea más valorado en general, y puede conseguir que gente que difícilmente trabajaría en la empresa -por ejemplo porque resida en una población lejana al centro de trabajo- lo haga encantada. Por fin podrás intentar contratar a ese programador del vaticano del que tan bien te habían hablado.